Personajes Alfonso Diez |
* Escenarios
* De guerrilleros a guerrilleros
¿Qué va a negociar el gobierno con el EPR? Lo único que el Ejército
Popular Revolucionario podría ofrecer sería dejar la lucha armada, pero ¿a cambio de qué?
Solicitó un diálogo utilizando a algunos personajes de la vida nacional
como intermediarios para conocer el paradero de dos de sus integrantes
desaparecidos. Gobernación aceptó con la condición de que el diálogo fuera
directo y que los personajes sirvieran sólo como testigos.
¿Accederían a darle franquicia de partido político al EPR con tal de que deje las armas? ¿Aceptaría el EPR? ¿Sería esa su solicitud en la mesa de negociaciones? Ni uno, ni otro van a conceder en ese sentido. El grupo guerrillero
causó daños a las instalaciones de PEMEX el año pasado por más de mil millones
de pesos; además, en acciones armadas, ha acabado con la vida de algunos
soldados y Juan Camilo Mouriño, secretario de Gobernación, ya advirtió que no
van a olvidar tales acciones.
Entonces, volvemos al punto inicial: ¿Qué van a negociar? La guerrilla surge por diversos factores, pero sobre todo por la
necesidad de derrocar al gobierno opresor y/o por la injusta distribución de la
riqueza entre las clases sociales; en otras palabras, cuando hay unos pocos muy
ricos y una inmensa mayoría viviendo en la miseria sin posibilidades de salir
de su postración.
Tales condiciones se han dado generalmente en los regímenes surgidos de
golpes de Estado. Cuando el gobernante emerge de una elección democrática es
más difícil que brote el grupo guerrillero. Los que siguen vigentes, provienen
del pasado.
Nunca, en la historia de las acciones guerrilleras, se había dado el
caso de que el grupo en cuestión detuviera su lucha para solicitar un diálogo y
preguntarle al gobierno si sabía qué podía haber sucedido con dos de sus
miembros. Si alguno caía, sabían que era parte del costo que tenían que pagar y
continuaban con sus planes.
Lo que ahora sucede, suena por lo menos raro.
En la “mesa de diálogo”, el EPR podría obtener cuatro posibles
respuestas:
1.- No
sabemos nada de ellos. 2.- Murieron
en un enfrentamiento con tal autoridad. 3.-
Investigaremos arduamente. 4.-
Nuestras investigaciones indican que los detuvo tal policía y los
desaparecieron. Vamos a detener a los responsables y a actuar conforme a la
ley.
En el caso del punto 1, el
EPR no quedaría conforme, ¿qué haría al respecto? Respecto al 2, pediría pruebas, ¿y si no las hay?
En el 3, seguramente no esperaría
años una respuesta, ¿cómo procedería? Por lo que se refiere al punto 4, el riesgo es que quisiera ejecutar a
los responsables, ¿cómo quedaría el gobierno en este caso?
A lo largo de setenta años de gobiernos del PRI surgieron decenas o tal
vez centenas de organizaciones guerrilleras.
Tras el triunfo de la revolución de Fidel
Castro, el Che Guevara y Camilo Cienfuegos en Cuba, en 1959, muchos
quisieron seguir su ejemplo en América Latina, pero ninguno ha llegado al poder
como ellos lo lograron.
Luis Augusto Turcios Lima y Marco
Antonio Yon Sosa en Guatemala, ambos ex militares que murieron, el
primero en un accidente automovilístico y el segundo en Chiapas, localizado por
el ejército mexicano.
Douglas Bravo, en
Venezuela, es el único guerrillero famoso de la época de los sesentas que aún
vive y de vez en cuando opina de manera crítica contra Hugo Chávez. El pasado 11 de marzo cumplió 76 años de edad.
Pedro Antonio Marín, alias Manuel
Marulanda Vélez, alias también Tirofijo, y su yerno, Luis Edgar Devia Silva,
alias Raúl Reyes, son a la fecha los guerrilleros colombianos más
conocidos. El segundo acaba de morir, el pasado primero de marzo, le explotó
una mina, que él mismo había colocado, cuando corría tras el ataque del ejército
colombiano en suelo de Ecuador. Su esposa era Gloria Marín, no la actriz mexicana, sino la hija del principal
jefe de las FARC, Manuel Marulanda.
En México ha habido destacados sucesos en los que han estado
involucrados guerrilleros. Podemos recordar el secuestro de José Guadalupe Zuno, suegro del
entonces Presidente de la República, Luis
Echeverría, quien pagó un cuantioso rescate al grupo guerrillero denominado FRAP por su liberación, en 1974.
Antes, el 27 de septiembre
de 1971, había sido secuestrado por una organización guerrillera llamada FUZ, el director de Aeropuertos y
Servicios Auxiliares, Julio Hirschfeld
Almada, por cuyo rescate el gobierno de Echeverría pagó tres millones de
pesos.
El rector de la Universidad Autónoma de Guerrero y concesionario de la
Yoli y la Coca Cola en Acapulco, Jaime
Castrejón Diez, fue secuestrado por la Asociación
Cívica Nacional Revolucionaria, bajo el mando de Genaro Vázquez Rojas, el 19 de noviembre de 1971.
Mario Renato Menéndez Rodríguez era
director de la revista semanal Por Qué!, que dio amplia difusión a la represión diazordacista de octubre de 1968. Años
después intentó formar un grupo guerrillero en Chiapas, pero fue aprehendido
por el gobierno y encarcelado. Lo liberaron y salió al exilio a Cuba, como
parte de la negociación que se dio para pagar el rescate de Jaime Castrejón
Diez.
El 30 de mayo de 1974 fue secuestrado por Lucio Cabañas Barrientos el gobernador electo de Guerrero, Rubén Figueroa Figueroa.
Una de las “acciones guerrilleras” más destacadas en los medios de
información fue el intento de secuestro de Margarita
López Portillo, hermana del presidente electo de México, José López Portillo y Pacheco, el 11 de
agosto de 1976, por la Liga Comunista 23
de Septiembre. En la balacera que se desató murió el líder de la Liga, David Jiménez Sarmiento, alias Chano, y
logró escapar Luis Miguel Corral García,
alias El Piojo Blanco, que fue abatido tiempo después.
No puede quedar fuera de esta reseña Jesús Piedra Ibarra, hijo de Rosario
Ibarra de Piedra, miembro de la Liga
23 de Septiembre que intentó secuestrar en Monterrey a Eugenio Garza Sada, industrial de 81 años de edad asesinado en tal
acción, el 17 de septiembre de 1973. Jesús fue detenido en Monterrey el 18 de
abril de 1975 y nunca más se le volvió a ver.
Volvamos a Colombia: El padre
Camilo Torres Restrepo, que murió en su primera acción contra el ejército
colombiano, el 15 de febrero de 1966, se convirtió en un icono de los
religiosos incrustados en la guerrilla. Fue famosa su frase: “Si Jesús viviera, sería guerrillero”.
Una canción interpretada por Víctor Jara lo inmortalizó.
Y a propósito, una versión señala que Jesucristo tal vez era en realidad un guerrillero perteneciente a la secta de los Esenios, debido a que
las prédicas y forma de vida que se le atribuyen eran precisamente las de tal
congregación.
En fin, ha habido de guerrilleros a guerrilleros. Personajes en verdad
comprometidos y consecuentes con sus ideales y otros simples aprovechados de
las circunstancias que solamente han buscado su beneficio personal sin importar
los medios, ni las muertes que se produzcan.
Muchos países de América Latina tienen, en la actualidad, grupos
guerrilleros en su territorio. Nadie desearía una lucha armada cercana que
pudiera costar la vida a un amigo o a un familiar, pero para algunos la lucha
política dejó de funcionar.
Ciertas naciones, cuando se han enfrentado a la posibilidad de
negociación con quienes buscan lograr sus fines empuñando las armas, han
declarado que no negocian con terroristas.
El EPR pide ahora diálogo, pero recordemos que la negociación con
guerrilleros fue el error de Luis Echeverría y en su sexenio se sucedieron un
secuestro tras otro, todos negociados y pagados por su gobierno.
Sin embargo, el diálogo planteado ahora parte de una premisa diferente,
el EPR busca a dos de sus miembros, de los que las autoridades han declarado
desconocer su paradero. No se trata del chantaje con un secuestrado de por
medio.
Pero, ¿qué ofrece el EPR? y ¿qué espera de Felipe Calderón? ¿Qué van a negociar? |